Filippo Ganna no deja nada al azar con vistas a la París-Roubaix. Si bien la mayoría de sus competidores participaron en la Amstel Gold Race el domingo, el campeón mundial de contrarreloj se quedó en Italia el mayor tiempo posible para imitar las secciones adoquinadas de la parís Roubaix en el velódromo.
Ganna quiere hacer todo lo que esté a su alcance para demostrar, al igual que su gran ejemplo Francesco Moser, que ganó la París-Roubaix tres veces seguidas entre 1978 y 1980, que es más que un buen corredor de pista y contrarreloj. Por eso trabaja con Marco Villa, el entrenador nacional de los ciclistas de pista italianos. Primero, hacen que Ganna entrene detrás del derny, lo que imita ir en pelotón.
Luego le toca al italiano rodar de sesenta a sesenta y cinco kilómetros por hora en la pista durante dos minutos. Villa ha calculado que la potencia que necesita para esto corresponde a la que se necesita para atravesar un tramo de adoquines. Luego puede ir cinco kilómetros detrás del derny y luego todo comienza de nuevo.