Del 9 al 31 de mayo, la Corsa Rosa regresará con su habitual mezcla de épica, paisajes imponentes y desafíos técnicos que enamoran tanto a corredores como a espectadores. La 109ª edición del Giro de Italia arrancará desde tierras inéditas —Bulgaria, que acogerá por primera vez la Grande Partenza— y concluirá en la histórica Roma, escenario ya por cuarto año consecutivo de la ceremonia final.
Con 3.459 kilómetros y más de 49.000 metros de desnivel acumulado, el recorrido de 2026 se presenta como una celebración del ciclismo de montaña, con escasa presencia de contrarreloj: apenas una sola, en la etapa 10 (Viareggio-Massa, 40,2 km), completamente llana y reservada para los especialistas del crono.
🇧🇬 Grande Partenza en Bulgaria
Las primeras tres etapas serán en suelo búlgaro:
- Etapa 1 (Nessebar-Burgas): terreno llano y primera oportunidad para los velocistas.
- Etapa 2 (Burgas-Veliko Tarnovo): final en subida de tercera categoría, ideal para puncheurs.
- Etapa 3 (Plovdiv-Sofía): esprint en la capital tras un recorrido técnicamente amable.
🌄 Montaña temprana y el primer juicio serio
La primera prueba de fuego llegará en la etapa 7, con final en el mítico Blockhaus, tras 246 km exigentes y varios puertos previos. Será el primer aviso en serio para la general.
Poco después, el Corno alle Scale (etapa 9) y el Blockhaus (etapa 7) marcarán el primer gran corte en la clasificación.
⛰️ Alpes y Dolomitas: el corazón épico
El segundo tramo incluye una incursión al Valle de Aosta con final en Pila (etapa 14), y el inicio del último bloque en las montañas suizas con el exigente Cari (etapa 16).
Pero será la región de los Dolomitas donde se decidirá la Maglia Rosa:
- La etapa 19 (Feltre-Alleghe) será la reina del Giro: apenas 151 km, pero con 5.000 metros de desnivel, incluido el temible Passo Giau —declarado Cima Coppi— y un final nuevo y explosivo en Piani di Pezzè, con rampas por encima del 14 %.
- La etapa 20 (Gemona-Piancavallo) cerrará la batalla por la general con un doble ascenso y meta en alto.
🏁 Final festivo en Roma
Como colofón, una etapa 21 simbólica en Roma, con esprint final cerca del Coliseo. Un paseo triunfal para quien se vista de rosa… y una despedida perfecta para 22 días de pasión ciclista.
En resumen: un Giro con equilibrio entre tradición y modernidad, pensado para los escaladores, con espacio justo para esprínters y rodadores, y sin sobrecargas tecnológicas innecesarias. Una carrera que promete emociones puras —y que, como siempre, invita a disfrutar del camino tanto como de la meta.
¿Te imaginas pedaleando parte de este recorrido? 🚴♂️💨
