5 cosas que debo hacer en invierno para mejorar esta temporada



Cuando las temperaturas bajan y los días se acortan, muchos ciclistas entran en modo “supervivencia”: menos horas, menos intensidad, más excusas. Pero en el pelotón profesional, el invierno no es una pausa… es una etapa crítica de preparación.

Lejos de los focos, los equipos estructuran esta época con una disciplina silenciosa que sienta las bases de lo que veremos en primavera. Y lo mejor: la mayoría de esas prácticas son replicables, incluso para quien entrena 6–10 horas semanales y compite por afición.

Estas son las cinco acciones clave —basadas en protocolos reales de equipos WorldTour— que marcan la diferencia.


1️⃣ Descanso activo, no inactividad

El primer error es confundir descanso con parón.
Los profesionales aprovechan las semanas posteriores a la temporada para reducir drásticamente la fatiga acumulada, tanto física como mental. No se trata de desmontar el rodillo y olvidarse de la bici durante tres meses.

Lo habitual:

  • 10 a 21 días sin entrenamiento estructurado, dependiendo de la carga de la temporada anterior.
  • Movilidad diaria sin objetivos: caminar, nadar, senderismo, yoga, estiramientos… sin medir vatios, tiempo ni distancia.
  • Cero presión psicológica: ni alarmas temprano, ni sesiones obligatorias, ni seguimiento de datos.

Esta fase no busca mantener el pico de forma, sino resetear el sistema nervioso y emocional, lo que permite una construcción más sólida en las semanas siguientes.

Clave práctica: Si tu temporada fue larga y exigente (más de 30 semanas seguidas de entrenamiento/competición), acércate a las 3 semanas. Si fue más moderada, 10–14 días pueden ser suficientes.


2️⃣ Chequeo médico integral —más allá de la bici

Uno de los cambios más significativos en los últimos años ha sido la normalización de los chequeos médicos en pretemporada, y no solo por protocolo.

  • Dental: El ciclismo implica ingesta constante de hidratos simples (geles, bebidas, barritas). Sin higiene y control, esto puede derivar en infecciones subclínicas que elevan la inflamación sistémica y perjudican la recuperación.
  • Análisis de sangre: Niveles bajos de hierro (aunque no sean clínicamente deficientes) pueden limitar drásticamente la capacidad de transporte de oxígeno —y con ello, el rendimiento. Corregir esto es, en muchos casos, la mejora más rápida y económica que existe.
  • Revisión preventiva general: piel, presión, hormonas, articulaciones. La prevención evita sorpresas que interrumpan el plan de entrenamiento meses después.

Clave práctica: Programa estas revisiones antes de comenzar la pretemporada. No las pospongas hasta que algo duela.


3️⃣ Análisis honesto de la temporada pasada

Sin introspección, se repiten los mismos errores. Los equipos dedican tiempo a revisar, con datos y sin emociones:

  • ¿Qué funcionó? (consistencia, adaptación al entrenamiento, nutrición, habilidades técnicas)
  • ¿Qué no? (sobrecargas, errores de planificación, fatiga crónica, lesiones por sobresfuerzo)
  • ¿Qué quiero mejorar este año?

Este análisis no se limita a números (por ejemplo, “mi FTP subió 10W”). También evalúa hábitos, gestión del tiempo, recuperación, sueño y equilibrio con la vida diaria.

Clave práctica: Dedica una tarde en silencio. Toma notas libres. Después, ordena: fortalezas, debilidades, oportunidades y obstáculos. Eso será tu mapa para 2026.


4️⃣ Reevaluación de zonas —con sentido y sin obsesión

Muchos ciclistas saltan del descanso a un test FTP el primer día, solo para desanimarse al ver números bajos. Los profesionales lo hacen con criterio:

  • Se recomienda 2–3 semanas de rodaje suave antes de cualquier test formal.
  • En lugar de un solo test, se prefiere evaluación continua: modelos como Critical Power o MAP permiten ajustes progresivos a partir del entrenamiento real.
  • En bloques de trabajo (VO₂, umbral, fuerza), se testea al inicio y al final del bloque para medir ganancias objetivas.

También se evitan pruebas de alto riesgo de error (como tests de lactato sin protocolo riguroso), ya que un dato erróneo contamina toda la planificación posterior.

Clave práctica: Si entrenas con potencia, usa una sesión de 2×20’ a intensidad alta (pero sostenible) como referencia. Compara con sesiones similares del año anterior. No busques el máximo, busca la tendencia.


5️⃣ Revisión de la posición en bici

Aunque no hayas cambiado de cuadro, tu cuerpo sí cambia: masa muscular, flexibilidad, equilibrio postural, incluso longitud de piernas por asimetrías funcionales.

Un ajuste mínimo —milímetros en altura de sillín, rotación de calas, caída de manillar— puede marcar la diferencia entre:

  • Un invierno de progresión sin sobrecargas,
  • Y una temporada interrumpida por tendinitis, sobrecargas o dolores crónicos.

Esto es especialmente relevante para quien entrena en rodillo: la posición debe ser lo más fiel posible a la de carretera, para evitar desequilibrios y adaptaciones incorrectas.

Clave práctica: No esperes a que duela. Una revisión anual —especialmente si notas molestias recurrentes en rodillas, caderas, manos o zona pélvica— es una inversión en salud y rendimiento.


🔚 Conclusión: el invierno es la base invisible

La pretemporada no se construye en enero. Se construye ahora: en las decisiones silenciosas, en la disciplina sin público, en la inversión en salud antes que en vatios.

Los mejores resultados no surgen de sesiones heroicas en febrero, sino de una preparación inteligente, coherente y sostenible desde el otoño.

Y tú no necesitas un staff médico ni un camión de equipo. Solo necesitas honestidad, consistencia y priorizar lo que de verdad importa.

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